Los perros pueden tener efectos aún más positivos en el estado mental de una persona de los que muchos de nosotros nos damos cuenta. Cuando se trata de la depresión, la ansiedad y el estrés, que son aspectos tan importantes de la experiencia humana, creemos que vale la pena investigar el efecto canino en la salud mental humana.
Salud mental
La ansiedad y la depresión afectan a un gran número de personas. Los efectos negativos de estos trastornos pueden manifestarse de innumerables maneras, desde patrones tóxicos en las relaciones hasta desempeño laboral debilitante y hospitalización.
La mitad de las personas diagnosticadas con depresión también se les diagnostica una forma de trastorno de ansiedad. Aunque la depresión afecta a una porción más pequeña de la población que la ansiedad (16 millones de adultos o el 6,7%, frente a los 40 millones de ansiedad), es una afección grave y debilitante en todas sus formas.
Las variaciones más comúnmente reconocidas son el trastorno depresivo mayor y el trastorno depresivo persistente (también conocido como distimia). Además, la depresión también afecta más a las mujeres que a los hombres.
¿Cómo ayudan exactamente los perros a la ansiedad, la depresión y/o el estrés?
La situación de cada individuo es única, por supuesto, y debe evaluarse cuidadosamente para las necesidades específicas de esa persona.
El aumento de los niveles de serotonina es clave para aliviar tanto la ansiedad como la depresión. Afortunadamente, hay más de unas pocas maneras de lograrlo, como salir con perros.
Amor y afecto directos
La investigación muestra que cuando acariciamos a un perro (o gato), no solo se libera la sustancia química que nos hace sentir bien (también conocida como la “hormona del amor”), la oxitocina (la misma que sentimos cuando abrazamos a un ser querido), sino que nuestros niveles de la hormona del estrés, el cortisol, disminuyen.
De hecho, la simplicidad de la conexión entre humanos y perros puede describirse como un tipo primario y fundamental.
Un vistazo al pasado
Evidentemente, esta relación tiene raíces profundas: desde que existe el homo sapiens, hemos tenido una asociación mutuamente beneficiosa con los perros que disfrutamos actualmente (los investigadores refuerzan esto con la observación de que los perros domésticos han estado viviendo y evolucionando aparte de los lobos durante mucho tiempo). La dinámica de la relación tampoco se veía especialmente diferente en sus orígenes primarios. Los perros brindaron protección, ayudaron a guiar la caza y detectaron peligros potenciales, mientras que las personas les proporcionaron comida y refugio.
Los perros no imponen las mismas políticas, dramas, inseguridades y otras fuerzas agotadoras que las personas a veces pueden provocar a otras personas, las mismas fuerzas que pueden contribuir a la depresión, la ansiedad y el estrés en todos los niveles.
Ejercicio
Mires donde mires, los perros siempre insistirán en hacer ejercicio, ya sea caminando alrededor de la cuadra, dando una caminata o jugando enérgicamente en el parque para perros.
El ejercicio es uno de los muchos beneficios de tener un perro. Naturalmente integrado en la experiencia de satisfacer las necesidades básicas de un canino, una vez que tengas un perro o pases más tiempo con estas criaturas, harás más ejercicio sin tener que planificarlo.
Encontrar un propósito
Los perros no solo ayudan a aliviar el dolor de la depresión y la ansiedad, sino que también brindan a las personas que luchan contra estas condiciones una razón tangible para aprovechar la energía positiva para cuidar de algo.
Ofrecen una sensación de necesidad y urgencia y, sobre todo, como se mencionó anteriormente, hacen que las personas se sientan necesitadas, necesarias e importantes.
Conclusión
Los perros no solo brindan las sensaciones positivas que necesitas cuando experimentas los efectos de la ansiedad y la depresión, sino que también validan la presencia de cualquier emoción, sin juzgar y sin los desafortunados estigmas que existen en algunos rincones cuando se trata de una enfermedad mental.
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